viernes, 6 de abril de 2007

Bienaventuranzas

Las bienaventuranzas están en el centro de la predicación de Jesús. Con ellas Jesús recoge las promesas hechas al pueblo elegido desde Abraham; pero las perfecciona ordenándolas no sólo a la posesión de una tierra, sino al Reino de los cielos.

Las bienaventuranzas dibujan el rostro de Jesucristo y describen su caridad; expresan la vocación de los fieles asociados a la gloria de su Pasión y de su Resurrección; iluminan las acciones y las actitudes características de la vida cristiana; son promesas paradójicas que sostienen la esperanza en las tribulaciones; anuncian a los discípulos las bendiciones y las recompensas quedan inauguradas en la vida de la Virgen María y de todos los santos.

El terreno que mas listo para recibir y autoevaluarnos si seguimos las bienaventuranzas es el corazón. Porque es el corazón del hombre de donde provienen los homicidios, las maldades, las calumnias, las ofenzas y humillaciones. “Las explosiones más grandes de violencia como las guerras y las luchas comienzan en las pasiones que se agitan dentro del corazón del hombre”. No sólo hay violencia en las manos, existe también la de los pensamientos, porque si prestamos atención, dentro de nosotros se desarrollan continuamente procesos a puerta cerrada. Un tribunal, en el que somos fiscal, magistrado, juez y jurado y raras veces abogado, si no es a nuestro favor. Es nuestra conciencia que nos evalúa con nuestros propios valores. Las bienaventuranzas están orientadas a la práctica; impulsan a la imitación, acentúan la obra del hombre.

Por lo que respecta a las bienaventuranzas, los cristianos estamos llamados no sólo a la imitación de Jesús, sino también a la apropiación para vivirla con plenitud.

Todos tenemos un camino trazado por Dios, debemos conocerlo para poder vivirlo. La vida presente es corta, difícil, incierta. Debemos aprender a vivirla en plenitud, conociendo los planes de Dios. No estamos aquí por casualidad. Las maravillas que vemos en la Creación visible, nos deben preparar para vivir intensamente, otras que se encuentran en otra Creación invisible, que conocemos con el nombre de eternidad, en un lugar más superior, que tiene el nombre de Cielo.

El plan de dios, ya está en el mundo desde hace 2000 años. Pero muchos no lo conocen. El Hombre-Dios, Cristo Nuestro Señor vino a enseñarnos con su Vida, Pasión y Muerte, una doctrina de amor.

Las bienaventuranzas tienen un carácter ético en cuanto nos informan de los valores centrales del reino, que están en tensión y a veces incluso en abierta oposición con los conceptos de felicidad de nuestra sociedad de hoy. Las bienaventuranzas pueden considerarse bien como una expresión de condiciones morales para entrar en el reino de los cielos. Las Bienaventuranzas, expresan cómo debe ser la vida del cristiano, dónde está su verdadera realización y cómo logrará obtener no sólo la felicidad, sino la vida eterna. No en vano las bienaventuranzas han sido llamadas "El compendio del Plan de Dios para el Hombre".

Gran parte de la enseñanza de Jesús se ocupó de la conducta humana. En el sermón del monte se concentra de forma especial la enseñanza ética del maestro de maestros, que reúne las perspectivas tanto de una ética sapiencial como teológica.

Las bienaventuranzas transmiten palabras cargadas de fuerza, radicalidad, esperanza, convicción, contraste, autenticidad, compromiso y de una visión de vidas transformadas íntimamente, que manifiestan el gobierno de Dios y proclaman su reino.

Toda enseñanza ética de Jesús es sencillamente una exposición de la ética del Reino de Dios, de la manera en que los hombres se conducen inevitablemente cuando se colocan de hecho bajo el gobierno de Dios

No podemos entenderlas como nuevos mandamientos a seguir, sino como una amorosa comprensión de la situación que vivían los que buscaban a Jesús. Los inquietos que acudían a Él eran personas sumida en el dolor ocasionado por la pobreza, la opresión injusta, la enfermedad, la falta de pan. Jesús les dice que dichosos ellos, pero no por su dolor presente, sino por la liberación. Él los acepta así, en su triste situación, y les da la buena noticia del Reino, cuando de veras serán dichosos. Es un mensaje de esperanza a los desesperados.

El Catecismo explica de modo preciso el significado de estas “La bienaventuranza prometida nos coloca ante opciones morales decisivas. Nos invita a purificar nuestro corazón de sus malvados instintos y a buscar el amor de Dios por encima de todo. Nos enseña que la verdadera dicha no reside ni en la riqueza o el bienestar, ni en la gloria humana o el poder, ni en ninguna obra humana, por útil que sea, como las ciencias, las técnicas y las artes, ni en ninguna criatura, sino sólo en Dios, fuente de todo bien y de todo amor” Entonces se cumplirán porque aprenderemos a compartir, a consolar, a ser justos, a ver por esos pequeños, nuestros hermanos.

Y, tan sólo así, también nosotros seremos bienaventurados y nos haremos dignos del Reino que nos espera de acuerdo a nuestros actos.

10 comentarios:

Andrés Rodríguez dijo...

Saludos Maggie:
Las Bienaventuranzas, un tema bien pertinente para esta época que estamos viviendo. Dios siempre tiene planes con nosotros y en las bienaventuranzas, como tú indicas, Él nos presenta ese plan que debemos seguir para ostentar el Reino de los cielos. La continua predicación y enseñanza de Jesús por estos parajes ha quedado formulada en un único texto, resumen o compendio asequible de aquello que loa Evangelistas entienden como núcleo de la felicidad que Cristo promete a los que le siguen. Son las bienaventuranzas. Se llaman así porque de modo armónico e insistente explica las características de los justos en el nuevo reino. Lo que Jesús muestra en las bienaventuranzas es a Él mismo. Él es bienaventurado, el santo, la plenitud de la nueva ley. El cumplimiento de la ley del nuevo reino de Dios consistirá en seguirle, en imitarle, en ser igual a Él en la medida de lo posible. El hombre y la mujer que viva a plenitud las bienaventuranzas tendrán una vida fecunda al estilo de los frutos del Espíritu: amor, alegría, paz, tolerancia, generosidad, lealtad, sencillez, dominio de sí. A lo largo de la historia han existido personas bienaventuradas, personas para las cuales este llamado de Jesús ha sido el camino de la alegría y de la vida. Sólo así podemos entender a Maximiliano Kolbe, que se ofrece para reemplazar a un hombre condenado a muerte en un campo de concentración, a la madre Teresa de Calcuta, que optó por la cercanía, compasión y atención directa a los pobres de Calcuta y de tantas ciudades del mundo, a Monseñor Arnulfo Romero, Arzobispo de San Salvador, que encontró la muerte defendiendo los derechos humanos de su pueblo. Las bienaventuranzas son la revolución de Jesús. Jamás un hombre dijo algo igual. Jamás un hombre presentó un programa tan revolucionario. Frente a este programa se dividen los hombres y las conciencias. No se puede ser indiferente. O con Cristo o contra Cristo. O con las bienaventuranzas o contra las bienaventuranzas. El camino de la santidad es optar por Cristo, que significa optar por el hombre, por su bienestar, no ser indiferente ante todo aquello que lastime la dignidad del ser humano. El no haber entendido esto el cristianismo de su época, llevó a Marx a decir: “Los principios sociales del cristianismo predican la cobardía, el desprecio de sí, el envilecimiento, el servilismo, la humildad, en resumen, todas las cualidades de la canalla”. Las bienaventuranzas son el privilegio de los que son verdaderos discípulos de Jesús, de quienes han tomado su cruz y seguido al maestro, de quienes han creído verdaderamente en Él y se han comprometido con Él y con su reino, que no consiste en un sueño, sino en un programa de vida concreto y equivale a asumir e interiorizar una serie de valores y criterios no proclamados por la sociedad en el ya y en el ahora de la vida y de la historia.

Félix Morales dijo...

En definitiva, las bienaventuranzas no son algo anterior a un encuentro con Cristo, algo que nos acerque a él, etc., sino todo lo contrario: las bienaventuranzas son algo «a posteriori» de un encuentro personal con Cristo. No son otra cosa que la nueva realidad de los que han optado por Cristo. Las bienaventuranzas no son sino algo que sucede después de haberse decidido por Jesús, lo que uno se va a encontrar en su vida después de dar un sí a Cristo. Quien se ha encontrado con Cristo y se ha definido a favor de él no tiene más remedio que optar por un cierto estilo de vida. Y quien no opta por tal estilo de vida -que no es otro que el mismo estilo de Jesús- es que o no se ha encontrado real y personalmente con Cristo o que habiéndose encontrado con él, lo ha rechazado. Cristo no engaña; en repetidas ocasiones avisa que, quien quiera seguirle, está llamado a amar de modo definitivo a los demás; y amar implica darse, y darse es renunciar a sí mismo; por eso, quien opta por Cristo acaba siendo pobre, porque no le queda más remedio; y acaba sufriendo, porque el amor que debía existir entre todos los hombres aún no es una realidad; y acaba llorando, teniendo misericordia, trabajando por la paz, siendo limpio de corazón, pasando hambre y sed de justicia. Esta es la realidad de las bienaventuranzas: que no son otra cosa que la nueva realidad de los que han optado por Cristo. Las bienaventuranzas no son sino algo que sucede después de haberse decidido por Jesús, lo que uno se va a encontrar en su vida después de dar un sí a Cristo. Por eso es dichoso el pobre: porque su pobreza es fruto de una opción por Jesús. Quien llora porque se le ha muerto su madre no es bienaventurado; todos lloran cuando pasan tal trance. Quien llora porque el seguir a Jesús le hace comprender cosas que hacen llorar, quien llega a llorar como efecto de seguir a Cristo, ese es dichoso.

Por Félix Morales

Wilma Jimenez dijo...

Bienaventuranzas
(Magia)

Las bienaventuranzas están siempre en el plano de Dios desde sus comienzos. Dios siempre se deja llevar por las promesas del pueblo del señor. Su palabra es fe, amor, humildad, paz en nuestros corazones etc. Debemos de seguir las enseñanzas de Jesús, que nunca nos ha fallado. Nunca debemos de posponer la palabra que es alma para el cuerpo espiritual. Nos enriquece, nos hace crecer mucho en nuestras vidas espirituales.

Son un espejo de Jesús en su palabra, un ejemplo vivo de Jesús en nuestras mentes, debemos de estar siempre positivos, angelical, caridad, amor, mansedumbre. En mateo nos habla de las bienaventuranzas que debemos de aprender a adoptar en nuestros corazones. Los cristianos debemos de llevar a cabo el buen ejemplo respetando la ley divina con el ejemplo de las bienaventuranzas.

Todos en nuestro recorrer tenemos una meta trazada en nuestras vidas, tenemos que vivir como Jesús vivió, y aún vive en nuestros corazones. Al que te pida dale de comer, al que tenga una necesidad tanto física como espiritual ayudarlo en el recorrer.

Como tu dices, Maggie las bienaventuranzas tienen un carácter ético en cuanto nos informan de los valores centrales del reino, que están en tensión y a veces incluso en abierta oposición con los conceptos de felicidad de nuestra sociedad de hoy dia en cada corazón. Tú te reflejas como ser humano y como persona con las reglas pautadas por el camino trazado con cada ser humano.

La conducta del ser humano es bien importante hoy Día y siempre donde quiera que vayamos. En su gran misericordia el siempre esta dirigiéndonos en todo caminar por nuestra vida espiritual.

La palabra de Señor nos da vida eterna, nos llena de energía, fuerzas, esperanza, nos convence de lo real de nuestra fe espiritual. Nos transforma en hijos de Dios. Nos fortalece en los momentos de angustias, soledad, tristeza, agonía etc. En estas semanas de reflexión debemos de andar como Jesús ando, predicando, y dando testimonio de que el es real y verdadero en nuestras vidas. Amándonos unos a otros como el nos ama, dejándonos de toda amargura, orgullo, enemistades, etc. Brillando donde quiera que vayamos hoy día.

¡Buenas Noches!
Wilma Jiménez

Guirmar dijo...

"Las Bienaventuranzas"

Fueron las palabras dirigidas a un pueblo en ese momento. Unas palabras de aliento, consuelo, misericordia, paz, tranquilidad al agligido. Son las palabras que aun con el mucho tiempo que ha pasado. Todavian nos penetra muy adentro en nuestro corazón.

Son las que nos dan todo el significado a nuestra vida como le dió tiempo atrás a esas personas. Es un momento muy asertivo, ya que estamos en la semana mayor.

Para que los seres humanos podamos reflexionar sobre ese mensaje poderoso, grandioso y esperanzador que las bienaventuranzas nos trae a nuestra vida.

Pero mis hermanos no es tan solo la semana mayor que tenemos que reflexionar y visitar a la iglesia. Sino como Dios quiere que le vivamos. Tenemos que vivir cada día como seguidores de Jesús para poder recibir las bendiciones que nos trae las Bienaventuranzas.

Guirmar

yolanda dijo...

¡Hola Maggie! El tema de las bienaventuranzas es uno que me ha calado, muy profundo en las entrañas desde pequeña. Siempre me ha gustado ver en las películas de la vida de Jesús, esta parte cuando él comienza a orar en la montaña e inicia sermón con las bienaventuranzas. Como muy bien señalas son consideradas por los teólogos, como
un código de ética moral, dirigida a los seguidores de Cristo. Las mismas son un anuncio de gozo, para aquellos que hacen posible alcanzar el camino hacia la dicha eterna. Las bienaventuranzas son el anuncio y la garantía de que existe ese Reino, que si decides seguirle a él tu recompensa será llegar al Reino de Dios. Son a la vez contradictorias, ya que por un lado exigen y por otro te prometen alivio, consuelo y recompensas.

Creo que las bienaventuranzas van dirigidas a los que aceptan seguir a Cristo verdaderamente, son tu recompensa. Las mismas no pueden tratar de entenderse literalmente, cuando por ejemplo habla de dichosos los pobres de espíritu, hay quienes piensan que por el mero hecho de ser pobres, tienen el reino de Dios gano y eso no es así. La pobreza, pienso yo, no necesariamente se refiere a lo material, puedes ser pobre en valores, actitudes y sentimientos; igual eres pobre en lo material y no querer seguir a Cristo.

Cristo, Dios y Rey de la Misericordia, no impone las bienaventuranzas como las normas a seguir, ya que son dirigidas a sus discípulos en un momento dado y ellos tenían un propósito en su Plan de Salvación. En cambio, resume toda la ley de Moisés en un solo mandamiento: Amaos los unos a los otros, como yo los he amado. Las bienaventuranzas son para los que deciden imitar a Cristo. Bienaventurado es, por ejemplo, aquel que decide seguir a Cristo y por su causa, los demás le digan improperios o le insulten. Aquel que por ir a visitar un enfermo, se le poncha una goma. Esa son las pruebas que a diario viven los jornaleros de Jesús y a esos son los que Él dedica estas hermosas y esperanzadoras palabras. Cristo no engaña, quien opta por seguirle, ese es bienaventurado.

Doris Vilma Rodríguez dijo...

Maggie, el catecismo es el medio por el cual educamos en la fe cristiana. La explicación que nos da el catecismo sobre las bienaventuranzas es clara y precisa. Nos lleva a entender por que las bienaventuranzas están relacionadas con la ética y la moral. Además nos invita a buscar de Dios y de sus enseñanzas, especialmente a amarle sobre todas las cosas. Un punto importante es que la riqueza no reside en los bienes materiales, sino por el contrario en el espíritu limpio y puro. Los nuevos avances tecnológicos nos facilitan la vida terrenal, pero no nos conduce al camino de Dios. No me mal interpretes, me gusta mucho la tecnología, pero entiendo que únicamente facilita mi trabajo no la labor social para la que Dios me envió al mundo.

Como tú estoy de acuerdo en que las bienaventuranzas nos conducen al desarrollo de valores. Seguirlos al pie de la letra nos asegura ganar la gracia de Dios, ya que guiados por sus enseñanzas descubriremos nuestra misión en la vida. Una misión que no es otra que darlo a conocer y ayudar al prójimo. También las bienaventuranzas que promulgó Jesús en el monte nos llevaba entender que para ganar la gloria de Dios es necesario no ser vanidosos y mucho menos materialistas. Si eres observadora podrás darte cuenta que son muy pocos los que siguen su mandato, por el contrario están sumergidos en un consumerismo desmedido. No entienden que la gloria de Dios no se obtiene con bienes materiales, sino por el contrario con obras y el tiempo que le dediquemos a él.

Para mi el sermón de Jesús en todo momento iba dirigido a cumplir con los mandamientos desde diferentes perspectivas. Por lo que entiendo seguir los mandamientos tal como él lo indica es la clave para vivir en gracia. Seguirlos significa sacrificio, fe y fuerza para resistir los pecados a los que estamos constantemente expuestos. El camino hacia el Seños es el de la puerta angosta y bronco, no el de la puerta ancha y limpio de obstáculos. Nadie ha dicho jamás que el camino hacia la gracia eterna es fácil, pero estoy segura que todos podemos resistirlo, si tenemos fe.

gloria_sentimientos dijo...

Saludos Maggie
Bienaventurados el que tiene a Dios en el corazón. Ya que este es el principio, continuación y final de una vida plena, sana y gloriosa. Cuando tenemos a Dios en el corazón, somos personas mas tranquilas, seguras, amables, dispuestas a ayudar y a dar lo mejor de mi. Estoy consciente de lo que hago, pienso y deseo porque no quiero ofender ni engañar a Dios. Debemos amar y respetar a nuestro prójimo como nos pidió Jesús en sus enseñanzas. Hay que poner en práctica todo lo que a través de sus enseñanzas. Nosotros somos los arquitectos de nuestra vida, por lo tanto hay que edificarla con una base sólida para que al primer viento que surja en los momentos de tempestad en nuestra vida no caiga, ni se derrumbe. Debemos construir sobre unos valores fuertes y una creencias basadas en la gloria y bienaventuranzas del Señor Todopoderoso. Si vemos y analizaremos la vida de Nuestro Señor Jesucristo podemos ver que no fue fácil. Hubo y tuvo muchos tropiezos sin embargo no se acobardó, se levantó y siguió lo que ya esta propuesto, porque nos quería demostrar y enseñar que no importa la posición, ni el rango que tengas hay que luchar por conseguir lo que nos proponemos. Él quería alcanzar la felicidad, la gracia y la vida para nosotros, no importaba el precio que debía pagar. Lo hizo, lo logró, por lo tanto nos toca a nosotros realizar nuestra vida de una forma positiva, valiosa, demostrándole a Jesús que agradecemos el gran sacrificio que hizo por nosotros.
Debemos vivir llenos de Fe y esperanza. Confiados en que todo lo que queremos se va a lograr si lo pedimos y vamos por el camino correcto. Hay que saber diferenciar el bien del mal. Para noquear en tentaciones, ni ofensas. Abriendo nuestro corazón llegaremos al lugar deseado por todos los seres humanos, el Reino de Dios Bienaventuranzas de acuerdo a Juan Pablo II es la Carta Magna del cristianismo. Son las

señales del tráfico que indican el camino a seguir para una mejor vida. Debemos seguir a Jesús por el camino que él recorrió primero, ya que a través de él llegamos a la felicidad deseada y soñada.

Nancy Vélez dijo...

"Las Bienaventuranzas"

Saludos Maggie:

Es bien notorio el uso de las bienaventuranzas por nuestro
Señor Jesucristo. La persona bienaventurado es un afortunado. Definitivamente las bienaventuranzas son un código de ética para los discípulos y norma de conducta para todos los creyentes. Lo más que me impresiona de las Sagradas Escrituras es que no encubren lo malo que hicieron nuestros antepasados y Dios lo plasma en su palabra para que entendamos que si no lo perdonó en el pasado, tampoco lo hará en el presente.

Quiero expresar mi sentir en cada una de ellas tal como lo compartí con Wilma. En primer lugar, Jesús llama bienaventurados a los pobres de espíritu porque de ellos es el reino de los cielos. Antes los que poseían propiedades, posiciones en la tierra eran llamados ricos y se pretendía que ellos eran los merecedores del reino de los cielos. Sin embargo, Jesús combate esa enseñanza errónea y lo expresa de forma sencilla y contundente. En segundo lugar, dice que bienaventurados los que lloran porque de ellos recibirán consolación. Es menester pasar por muchas tristezas, tribulaciones para heredar el reino de los cielos. Si lloramos aquí en la tierra, en aquél día recibiremos el consuelo que viene de arriba…del Padre de las luces.

Añade, bienaventurados los mansos, porque de ellos recibirán la tierra por heredad. A paz nos ha llamado Dios y somos bendecidos cuando promovemos esa paz que trasciende el entendimiento humano. La paz que da Dios no es la misma que ofrece el mundo. Además, bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados. Vivimos en un mundo lleno de injusticias, pero Dios nos demanda a que impartamos esa justicia hasta que esté a nuestro alcance. Es por tal razón que tenemos que tener esa hambre de obrar como él quiere y no como nosotros queramos hacerlo.

En adición, bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Si no fomentamos ni patrocinamos el ser compasivos y conmovernos ante la necesidad de los demás, no alcanzaremos misericordia. Se cosecha lo que se siembra. Indica que son bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Tenemos que ser sencillos y pedirle a Dios que nos transforme de adentro hacia fuera y que por nada nos contaminemos para que nuestras vestiduras permanezcan siempre blancas porque él viene a levantar a su iglesia y debe permanecer sin manchas ni arrugas.

Por último, son bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios, bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos y bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.

En resumen, somos afortunados si obramos en fe para el reino de los cielos y lo atesoramos como lo más valioso que existe sobre la faz de la tierra. Dios te colme de sus ricas y abundantes bendiciones.

Recuerda que la fe mueve la mano de Dios y somos bienaventurados cuando le creemos a Dios y seguimos firmes sus pisadas.

Por: Nancy Vélez

Carmenjoan.blogspot.com dijo...

Hola: Maggie
BIENAVENTURANZAS
Las bienaventuranzas son aquellas que se centran en el mandato y predicación de Jesús. Las bienaventuranzas describen su caridad, compasión por el prójimo y la vocación de los fieles. Estoy de acuerdo en que el corazón de los humanos juega un papel importante ya que de lo que este lleno tu corazón hablara tu boca. Si en tu corazón sólo hay maldad, desdicha, y soberbia tu boca solo maldecirá y ofenderá a otros, pero si tu corazón esta lleno del amor de Jesús, sólo hablaras cosas positivas, y ofrecerás bendición para los demás. Unas palabras tan bonita como lo es TE AMO se debe decir más a menudo y debemos practicar el demostrar lo que sentimos. Expresar los sentimiento que tienes por los demás es el regalo más grande que hizo Dios esta en nosotros demostrarlo y sembrar frutos para cosechar. Las bienaventuranzas, es el llamado no sólo de a la imitación de Jesús, sino también a la apropiación para vivir con plenitud.
Dios tiene un plan para cada persona es sólo que antes debemos entender que debemos acudir a Él. A cada uno nos llegará el momento de todo lo que deseamos se vea cumplido pero esto se realizara única y exclusivamente en el momento que Dios tiene predestinado que surja. Porque Dios tiene el control de las cosas y es quien maneja el tiempo.
Dios creo los diez mandamientos si los seguimos estaremos ganando la vida eterna. Dios sabe cuando estas cansado y desanimado por tanto esfuerzo inútil, Dios sabe bien cómo te has esforzado. Cuando has llorado tanto que se angustia tu corazón, Dios ha contado tus lágrimas. Cuando nada tiene sentido y te sientes confuso y frustrado, Dios te tiene la respuesta. Si sientes que tu vida esta “en espera” y que el tiempo se te ha pasado por alto, Dios te espera. Si de repente el panorama se ve mejor y encuentras señales de esperanza, Dios te ha susurrado. Cuando todo va bien y tienes mucho porque ser agradecido, Dios te ha bendecido. Cuando suceda algo gozoso que te llena de asombro, Dios te ha sonreído. Acuérdate que donde quiera que estés, sea lo que sea que sientes, ¡Dios lo sabe!
“Yo soy la luz, él que me sigue no andará en tinieblas”.

Maria Porto dijo...

Las Bienaventuranzas
Uno de los más importantes sermones de Jesús es el de las Bienaventuranzas. Jesús expone claramente el camino a seguir: bienaventurados los pobres y humildes de corazón porque ellos poseerán la tierra, bienaventurados los que lloran porque serán consolados, bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados, bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia, bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios, bienaventurados los que padecen persecución por la justicia porque de ellos es el reino de los cielos. Así Jesús muestra a los hombres las grandes virtudes que debemos de tener para ganarnos el reino celestial. ¡Lo lograremos alcanzar!

 
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